Querida amiga,
Como le oí el otro día a Ratolina en uno de sus últimos vídeos, septiembre es el verdadero inicio del año y no enero. Y, la verdad, yo estoy un poquito de acuerdo con esta afirmación. De alguna forma siento que en este mes también sentimos esa necesidad de volver a empezar, de comenzar cosas nuevas, de comprarnos esa colección de libros por fascículos que vimos en el kiosco (¿alguien más echa de menos la cantidad de fascículos que había en los 2000 cuando éramos unos críos?) y que nos durará tres entregas como mucho, de investigar nuevos hobbies, de retomar las rutinas y, ya de paso, crear algunas nuevas.
Evidentemente (o por lo menos eso creo yo) esto es culpa del sistema escolar y del hecho de que estemos acostumbrados a comenzar el curso en septiembre. Lo que me parece curioso es que esto se mantenga aunque haga años desde que no pisamos un centro de educación. Yo, por ejemplo, terminé mi segundo máster en 2016 y desde entonces no he vuelto a estudiar nada reglado y que tuviera estructura de ciclo escolar; además este año he estado trabajando todo el verano porque no he tenido vacaciones pero, aun así, no me escapo a esa sensación de nuevos inicios que tiene septiembre.
Por eso mismo, quizá, me he pasado todo septiembre pensando qué hacer con el resto de mi año. También porque en octubre me quedaré en paro y no quiero ser esa persona que se queda encerrada en casa mirando al techo pensando en cuándo volverá a tener trabajo. Nunca he sido de esas y no voy a empezar ahora.
🌸La sensación de planificar, de inventar, de (re)empezar
La verdad es que, contrariamente a lo que pueda parecer por el hecho de que soy una escritura brújula, me gusta mucho planificar y organizarme. Me encanta hacerme mis planes y mis esquemas mentales que, después, soy la primera en dejar de cumplir porque la vida tiene otros planes para mí.
Y como ya he dicho, septiembre es una época maravillosa para hacer eso, así que eso es a lo que me he dedicado este mes (y bueno, a jugar al Palia, para qué nos vamos a engañar).
El 20 de octubre, en principio, me quedo en paro. Para eso queda un mes, sí, pero un mes pasa rapidísimo si lo piensas bien, así que ya me he preocupado de llenarme los días hasta que vuelva a tener trabajo (que, espero, sea antes de que se me acabe el paro o entonces empezaremos a pasarlo mal).
Por una parte quiero aprovechar la inercia y la costumbre que tengo ahora de escribir. Sin embargo, teniendo en cuenta que mi pareja también va a estar en paro y que yo me distraigo fácilmente, he decidido que me voy a bajar todos los días a la biblioteca para escribir un par de horitas y luego volverme a casa a estar con Àlex y el perro.
En cuanto a la escritura y teniendo en cuenta que, presumiblemente, en noviembre seguiré en paro, he decidido apuntarme al nano1. Resulta que allá por julio estuve hablando con una amiga (que ni siquiera es escritora) y estuvimos hablando de una situación absurda que podría ser un buen argumento para una novela. Esa pequeña semilla ha ido creciendo y creciendo y se ha quedado en mi cabeza desde entonces. Incluso tiene tablero en Milanote. Así que pensé que podría ser divertido escribirla en el nano y ya vería qué hago con ella después. Así que, evidentemente, este octubre va a ir de nanoprep.
También estoy planeando una idea que llevo tiempo rumiando, que en tuiter di a conocer como el Demonfucker. Lo peor es que tenía la mitad o así escrito, pero me entraron las dudas y empecé a pensar otra forma de hacerlo. Ahora la historia tiene poco que ver con la que escribí en su día, pero en el fondo sigue siendo la misma y tengo muchísimas ganas de ponerme con ella; no en noviembre pero sí en algún momento.
Por supuesto, no sería yo si no hago mil planes absurdos e imposibles de completar, así que también me he hecho mis planes de tejido para lo que queda de año. Y por supuesto son increíblemente realistas y podré cumplir todos y cada uno de ellos2 (2)
Estoy ahora mismo haciéndome una chaqueta para la boda (la tercera de este año; socorro) que tengo a mediados de octubre en un pueblecito de Cáceres. La empecé a principios de mes y voy oscilando entre el “me da tiempo de sobra” y el “voy a tener que terminarla en el viaje en coche de camino a Cáceres”.
Tengo parado, desde principios de año, el jersey de punto que le empecé a Àlex el año pasado. Es un jersey súper bonito pero que me lleva muchísimo trabajo, pero que tengo muchas ganas de terminar, sobre todo porque tengo ganas de dárselo y que se lo ponga y verlo con el que ha dicho que va a ser su jersey favorito.
Si el algoritmo ha tenido a bien, seguramente me hayas visto perder el culo por esta chaqueta. Es el Heirloom Quilt Cardigan de Katryn Seeburger y es una absoluta pasada. Hace poco encontré el hilo necesario y lo pedí el otro día. Cuando estés leyendo esto ya tendré, por lo menos, la mitad de lo necesario para empezarla. Estoy deseando ponerme, porque creo que va a ser algo super divertido de hacer, aunque va a tener muchísimo trabajo.
Y como septiembre también puede ser momento de propósitos, me he puesto uno y es que no voy a dejar que termine el año sin aprender a tejer calcetines. Ese pensamiento, sin embargo no se quedó ahí (porque mi cabeza, por suerte o por desgracia, funciona así), así que me pareció una maravillosa idea3 dedicar parte de lo que me queda de año para aprender a tejer calcetines y, así, poder regalarle a mi suegra y a mi madre unos calcetines tejidos por mí por navidad.
A principios de año hice un tiktok hablando de mis planes tejeriles para todo el año; solo 2 de esos planes están en esta lista (y, por supuesto, no he cumplido ni la mitad de lo que decía en el video). Como ves, amiga, me gusta mucho planificar pero también me gusta mucho pasarme mis planes por lo que viene siendo el arco del triunfo.
Curiosamente, lo único que no me gusta planificar son mis lecturas. Funciono mucho por impulsos y por lo que me apetece leer en el momento en el que he terminado el libro anterior así que, ¿qué sentido tiene planificarse en ese aspecto? Lo que sí te digo es que me gustaría seguir con la trilogía de Farseer de Robin Hobb antes de que termine el año y espero poder hacerlo. Aunque empiece el libro el 29 de diciembre.
🌸 Otras cosillas de este culo inquieto
Estoy leyendo, por fin, Babel de R. F. Kuang. En resumidas cuentas, me está encantando.
Encontré en eBiblio los audiolibros de las novelas de Agatha Raisin (bueno, de la segunda no, por algún motivo), así que decidí darles una oportunidad porque había oído hablar muy bien de ellas y qué bien he hecho.
Soy una sucker por los jueguitos cozy de tener tu granjita, fabricar tus cositas y pasearte por el monte recogiendo setas, flores y demás goodies, así que cuando anunciaron el Palia hace unos cuantos años yo no podía más que estar emocionada y con ganas de que llegara. Me apunté a todos los test y me dieron acceso al que hicieron unos meses antes de la beta abierta. Ahora no puedo dejarlo. Es un juego estéticamente precioso y my cup of tea, la verdad. Es tan mi mierda que duele. Si os gustan ese tipo de jueguitos, dadle una oportunidad (y si os hacéis cuenta con este link nos darán cositas bonitas a ambas), pero no os olvidéis que está en beta así que hay cosas que cojean.
Me voy, amiga 🌸
Espero que hayas tenido un septiembre llenito de planes bonitos y atardeceres y que el otoño haya llegado para traerte mantitas calentitas y mucho té, aunque ahora parezca que vuelve a ser verano.
NaNoWriMo - National Novel Writing Month o el Mes Nacional de Escribir una Novela (que ahora mismo de nacional tiene poco pero bueno). Si no sabes lo que es, te animo a consultar esta web
No
Lo digo sin una pizca de ironía, realmente me parece una idea super guay y estoy super ilusionada con ella.